¿Qué es el refrigerante?
Refrigerante es la palabra común para el líquido del sistema de refrigeración.Su función principal es proteger contra la congelación, la herrumbre y el sobrecalentamiento, y al mismo tiempo lubricar los componentes del motor con los que entra en contacto. Su función es absorber el calor del motor y disiparlo a través del radiador.
El líquido llamado «4 estaciones» está compuesto de agua y anticongelante (glicol) con diversos aditivos (sustancias amargas, silicato, antioxidantes, antiespumantes) y coloreado. Los silicatos forman una capa protectora en las superficies metálicas y evitan los depósitos de cal. Los antioxidantes previenen la corrosión de los componentes. Los agentes antiespumantes inhiben la espuma del refrigerante. El glicol mantiene las mangueras y los sellos flexibles y aumenta el punto de ebullición del refrigerante.
Una operación esencial para la longevidad del motor
El refrigerante se utiliza para enfriar el motor, pero también para protegerlo de la corrosión interna, para lubricar el circuito (especialmente la bomba de agua) y, por supuesto, para soportar temperaturas muy bajas. A medida que envejece, el líquido pierde sus cualidades.
La sustitución del refrigerante es una operación que debe, depiendo del fabricante, realizarse en todos los vehículos cada 2 ó 4 años.
Después de 2 años, el refrigerante pierde sus propiedades y beneficios. El hecho de que tenga un aspecto normal en términos de color no significa que el refrigerante siga conteniendo todas sus propiedades funcionales.
- Con el tiempo, el porcentaje de glicol presente en el refrigerante disminuye, lo que da lugar a una disminución de los puntos de congelación y de ebullición del refrigerante.
- El nivel de PH también disminuye, lo que provoca un aumento de la acidez y la corrosión en el sistema de refrigeración, causando un mayor y rápido deterioro de las mangueras, las bombas de agua y todas las partes en contacto con el sistema de refrigeración.
¿Cuándo se debe remplazar el refrigerante?
El refrigerante se oxida y se degrada con el tiempo a medida que se carga con residuos. Se ensucia y puede cambiar de color. Pierde su eficiencia de enfriamiento y protección contra la congelacion. El refrigerante se vuelve ácido y puede dañar las juntas o los componentes de refrigeración del motor.
Por lo tanto, se recomienda remplazar el refrigerante cada 2 a 4 años, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.
Es importante comprobar el estado del líquido cada 10.000 km. aproximadamente.
El remplazo y la nivelación de los fluidos se hace cuando el motor está frío. Se preferirán los líquidos de baja temperatura (-25°c o incluso -35°c) que son más resistentes a las heladas.