El refrigerante debe ser cambiado regularmente. Se recomienda sustituirlo cada 2 o 4 años, según el fabricante. Esta operación es esencial para el buen funcionamiento del sistema de refrigeración y para la longevidad del motor, pero no sólo. De hecho, le permite estar mucho más sereno y poder conducir con total tranquilidad.
Conducción segura en verano
En verano, con las temperaturas cada vez más altas y las condiciones del tráfico a veces difíciles, el motor y en particular el sistema de refrigeración pueden ser sometidos a una enorme tensión. Por eso es mejor anticiparse a la situación y salir con tranquilidad para no encontrarse con ningún problema de motor.
Un cambio regular de refrigerante le permitirá afrontar con tranquilidad los viajes largos o los atascos de tráfico. Evitará el sobrecalentamiento del motor y la inoportuna activación del ventilador del motor. Tanto más cuanto que un motor bien refrigerado verá su vida útil considerablemente aumentada.
Conducción segura en invierno
El invierno, un refrigerante de buena calidad proporcionará una mayor protección al motor. De hecho, el motor estará protegido contra la congelación porque un nuevo anticongelante tiene una protección mínima de -25°. Esto es muy importante, por ejemplo, si vas a esquiar, en las montañas o en países fríos. También proporcionará una mayor comodidad para el conductor y los ocupantes con una mejor calefacción del compartimento de pasajeros. De hecho, cuando el líquido es de mala calidad, puede ocurrir que la calefacción del habitáculo ya no funcione correctamente.
Más serenidad
A menudo una de las primeras causas de avería, el circuito de refrigeración es un elemento vital para cualquier coche! Proporciona una valiosa ayuda al motor y le permite funcionar con seguridad.
Por lo tanto, el sistema de refrigeración debe revisarse regularmente para evitar problemas con el motor, especialmente antes de salir de vacaciones u otros viajes largos. Esto le permitirá conducir con tranquilidad.